El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford: título de largo aliento para un territorio moribundo

17Feb08

La historia es conocida: Jesse James, bandolero que asoló bancos y diligencias del lejano oeste fue asesinado a traición por uno de los miembros de su banda.

Así es; Robert Ford cumplió su sueño de inmortalidad, pero del lado negro de la historia.

El culto popular venera en la leyenda a Jesse James como a cualquier hombre de valor; su asesino quedó asociado para siempre a la palabra cobardía.

Así las cosas, la película de Andrew Dominik empieza narrando en off lo que va a suceder, y al ir anticipando el argumento, nos deja libres de disfrutar lo que realmente importa: la forma que ha elegido para contarnos el lejano oeste.

En este western que desborda melancolía, el oeste norteamericano es una tierra alucinada, un territorio vasto, duro y hermoso a medio camino entre la soledad y la pesadilla, con casas perdidas entre una inmensidad y otra, y tipos a caballo que aparecen de la nada y las más de las veces meten miedo.

El narrador en off ayuda a componer el clima. Nos guía por la historia con palabras que recuerdan aquella literatura épica de héroes polvorientos y solitarios que nos cautivaba cuando éramos chicos. Así se nos describe a Jesse James al comienzo del relato:

Ya estaba en su edad madura y vivía en una casa pequeña en la Avenida Woodland. Se instalaba en una silla mecedora y fumaba un habano en las noches mientras su esposa se limpiaba las manos y le hablaba alegremente de sus dos hijos.

Sus hijos conocían sus piernas y el picor de su bigote contra sus mejillas. Ellos no sabían cómo se ganaba la vida ni por qué se mudaban tanto. Ni siquiera conocían el nombre de su papá. En el directorio de la ciudad figuraba como Thomas Howard. Iba a todos lados sin que lo reconocieran y comía con tenderos y comerciantes de la ciudad llamándose a sí mismo ganadero o inversionista; alguien rico y desocupado que se llevaba con cualquiera.

Tenía dos hoyos de bala en el pecho que no habían sanado y otro en el muslo. Le faltaba el final del dedo cordial izquierdo y tenía cuidado de que nadie viera esa mutilación. También tenía una aflicción que llamaban «párpados granulados», que lo hacía parpadear más de lo común, como si la realidad le pareciera difícil de aceptar.

Los cuartos se calentaban estando él presente: la lluvia caía más derecha, los relojes iban más despacio, los sonidos se amplificaban.

Se consideraba fiel al Sur y un guerrillero en una guerra civil que nunca acabó. No se arrepentía de sus robos ni de los 17 asesinatos que se atribuía. Había pasado otro verano en Kansas City, Missouri y el 5 de septiembre, en 1881 tenía 34 años.»

Y todo acompaña la atmósfera de agonía. Los actores, la música, algunas escenas para el recuerdo, como el asalto al tren nocturno, la mesa y el sillón en el jardín, los lentos y temibles paseos a caballo llevando en la retaguardia a Jesse James.

Así es el paisaje por el que nuestros ojos se deslizan durante las casi tres horas del relato: un paraje áspero y entrañable enclavado en el recuerdo. Una tierra insomne que se dispone a dejarse matar, mientras al mismo tiempo se resiste a morir.



4 Responses to “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford: título de largo aliento para un territorio moribundo”

  1. 1 eliana

    La sensación de constante amargura es terrible, y se potencia más, al menos para mi, en la mirada de Brad Pitt/Jesse James, que está cargada de cierta resignación desde un principio.

  2. Sí, es un tango la película. Bradd Pitt está como el loco que hace en 12 monos, pero contenido ¿no?

  3. 3 Enrique

    Bernardo..

    te dejé un mensaje en «el autor»..

    por si no lo viste..

    Perdón si soy pesado.

    Enrique

  4. 4 eliana

    jajajaja se lo iba a decir, es la misma mirada pero sin el ojo tan desviado.
    Hay que reconocer que podría actuar mucho peor y dedicarse a comedias románticas, tan mal no lo hace.


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