Hidalgo: mi reino por un caballo

17Ago04

En Argentina se llama Océano de Fuego, pero yo quiero hacer justicia con el nombre original, que responde al caballo que se morfa la mitad de la película.

La trama es igual de inverosímil que la de El último samurai, pero más inofensiva y simpática.

Un vaquero que se dedica a carreras de grandes tramos es invitado por un jeque a participar de una que atraviesa el desierto árabe.

El cowboy es interpretado por Viggo Mortensen, que cada vez me cae mejor. Su personaje no es el del típico cowboy arrogante y pistolero, sino el de un hombre melancólico y cansado, cuya mitad india se impone en su forma de mirar el mundo, y calla frente a lo inabarcable.

Además, los árabes de esta ficción son más cercanos a los de Las Mil y Una Noches que a los terroristas que suelen asolar las películas yankis, lo cual es una sorpresa en sí.

Es una película noble, entretenida, hecha con un tono de artesanía, utilizando materiales inusuales. Y lo mejor: no pretende cambiarte la vida.

Con el clima de una historieta, un desierto dorado inacabable y un dúo entre jinete y caballo a mitad de camino entre Trinity y Lucky Luke, Hidalgo se puede disfrutar un sábado a la tarde en DVD, como quien recuerda las matinés de los cines parroquiales.

Esta va a ser la imagen que entre a la historia del cine. Un tipo escapando a caballo de una tormenta de arena. Destino puro.

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